Un hasta luego a Sudán

Ya me despido de Sudán y la temporada 2011-2012. Cierro una etapa de oro que quedará atesorada en mi memoria.






 Son muchos los momentos inolvidables que este viaje me ha regalado… como haber nadado con diez mantas en la laguna de Mesharifa que una detrás de la otra dibujaban círculos marinos mientras abrían sus grandes bocas para alimentarse.


O como cuando en Angarosh un grupo de martillos nadaba a mis pies al mismo tiempo que una familia de delfines saltaba las olas en la superficie.
No podré jamás olvidar la que fue tal vez la mejor inmersión de mi vida en el querido Shaab Rumi, donde la corriente SO había traído incontables tiburones grises que parecían jugar a los guardianes del mar, innumerables martillos que se paseaban delante de mis ojos dejando ver las arrugas de sus cuerpos formadas por las ondas de sus movimientos, y tres delfines que cantaban y surfeaban la blanca espuma del oleaje.

             

Sobre el final de la temporada viví el itinerario sur, donde Jumna me sorprendió en la mayor parte de los buceos con muchos tiburones martillo, al punto de parecer hormigas saliendo despavoridas del hormiguero. Los tiburones aparecían desde lo profundo del arrecife hasta llegar a mis pies, me rodeaban, me observaban y me congelaban con su encanto.
Jamás olvidaré el día de mi cumpleaños, festejado en el medio del mar con un grupo de alemanes, austríacos e italianos y el infaltable grupo de martillos de Logan quienes con su presencia me han hecho el mejor regalo que el mar me ha dado.
Serán inolvidables los amaneceres donde el claro sol asoma detrás del mar y los atardeceres donde el anaranjado sol se esconde tras las montañas del desierto.

Grabada en mi memoria quedarán las negras noches adornadas con millones de estrellas. Impreso en mi ser quedará la pacífica sensación de girar 360 grados sobre mí y ver solo agua y cielo. Impregnados en mi piel quedarán por siempre los aromas del mar y la suave brisa sudanesa.
No es fácil decir adiós, sobre todo cuando la he pasado tan bien. Prefiero decir hasta luego, ya que pronto volveré para seguir navegando este mar en busca de nuevas aventuras, seguir compartiendo sus maravillas y su vida salvaje, seguir conociendo gente y seguir escribiendo historias que quedarán en mi corazón y en el alma de M/V Sherazade.

Lali