Sha’ab Rumi
Si ha estado en Egipto, especialmente en un crucero partiendo de Marsa Alam, habrá sentido hablar de los delfines de Sha’ab Samadai y de Delphin reefphin reef, habrá nadado junto a ellos y habrá guardado momentos inolvidables. Nadar con delfines nos da felicidad, nos pone de buen humor. Sentir su llamado o encontrarlos durante una inmersión es siempre una emoción incomparable.
También en Sha’ab Rumi, una maravillosa y protegida laguna, a solo 24 millas de Port Sudan, uno de los puntos de buceo más conocidos del mundo, se encuentra una familia de delfines.
Estamos hablando del delfín stenella longirostris, famosos en particular por sus acrobacias y agilidad, por sus saltos, por aquello que es llamado “bowriding”, que es el cabalgar de las olas formadas por la proa del barco.
Las ganas de jugar con la gente varía un poco dependiendo del horario o de si hay pequeños que proteger, pero nadar con ellos al llegar de una inmersión o entre buceo y buceo se ha hecho para los buceadores una costumbre.
El agua de la laguna no es siempre clara, pero la diversión y el poder acercarse a ellos es impagable. Apenas debajo de la superficie las fotos son un bello recuerdo. Afortunadamente todavía hoy, no hay necesidad de permisos especiales o tasas o billetes para pasar el tiempo nadando y fotografiándolos. La supervivencia del encuentro está asegurada por el número limitado de barcos y de buceadores presentes en Sudán y por el respeto no invasivo dotado de buen sentido.
Si ha estado en Egipto, especialmente en un crucero partiendo de Marsa Alam, habrá sentido hablar de los delfines de Sha’ab Samadai y de Delphin reefphin reef, habrá nadado junto a ellos y habrá guardado momentos inolvidables. Nadar con delfines nos da felicidad, nos pone de buen humor. Sentir su llamado o encontrarlos durante una inmersión es siempre una emoción incomparable.
También en Sha’ab Rumi, una maravillosa y protegida laguna, a solo 24 millas de Port Sudan, uno de los puntos de buceo más conocidos del mundo, se encuentra una familia de delfines.
Estamos hablando del delfín stenella longirostris, famosos en particular por sus acrobacias y agilidad, por sus saltos, por aquello que es llamado “bowriding”, que es el cabalgar de las olas formadas por la proa del barco.
Las ganas de jugar con la gente varía un poco dependiendo del horario o de si hay pequeños que proteger, pero nadar con ellos al llegar de una inmersión o entre buceo y buceo se ha hecho para los buceadores una costumbre.
El agua de la laguna no es siempre clara, pero la diversión y el poder acercarse a ellos es impagable. Apenas debajo de la superficie las fotos son un bello recuerdo. Afortunadamente todavía hoy, no hay necesidad de permisos especiales o tasas o billetes para pasar el tiempo nadando y fotografiándolos. La supervivencia del encuentro está asegurada por el número limitado de barcos y de buceadores presentes en Sudán y por el respeto no invasivo dotado de buen sentido.
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